Vinagre de sidra de manzana: una historia tan larga como la civilización humana

Los humanos descubrieron el vinagre en la antigüedad; existen evidencias de su producción y uso que se remontan aproximadamente al año 8000 a. C. Los babilonios lo utilizaban para sazonar y conservar alimentos, así como para transportar provisiones a largas distancias. Los egipcios y los persas también lo conocían por usos similares. Mezclado con agua, el vinagre se convertía en una bebida refrescante, ampliamente utilizada en la antigüedad.
El médico griego Hipócrates lo recetaba para curar heridas, llagas y afecciones respiratorias. En las mesas romanas, siempre había un cuenco de vinagre llamado "acetabolo", donde se mojaban trozos de pan para limpiar el paladar entre platos y facilitar la digestión. El vinagre era el ingrediente principal del "garum", la salsa omnipresente que los latinos usaban para dar sabor a muchos platos.
Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, el vinagre se utilizaba para evitar la peste y, diluido, para prevenir la propagación del cólera a través del agua. Se recomendaba lavar frutas y verduras con vinagre para prevenir infecciones. Independientemente de su origen, el vinagre se utilizaba para la higiene personal y para limpiar utensilios de cocina y suelos cuando no existían productos específicos.
En el siglo XIX, las mujeres que se desmayaban, quizá debido a los corsés ajustados, se reanimaban oliendo vinagre, que también ayudaba a protegerse de los olores fuertes. Este líquido era un ingrediente en ungüentos, jarabes, cataplasmas y tinturas tonificantes: una auténtica panacea.
La producción de vinagre comenzó cuando se descubrió la fermentación, el proceso mediante el cual el vino u otras bebidas alcohólicas se transforman en ácido acético gracias a las bacterias "Acetobacter" y "Gluconobacter". Estas bacterias, amantes del oxígeno, oxidan el etanol en ácido acético, el componente clave del vinagre.
Además del famoso vinagre balsámico de Módena, la vinagrería Guerzoni también produce vinagre de sidra de manzana a partir de manzanas orgánicas y biodinámicas cultivadas en Trentino, una de las regiones más reconocidas de Italia por este tipo de vinagre, junto con Piamonte (especialmente las Langhe), Carnia y Tirol del Sur. Estas regiones son conocidas por el cultivo de variedades de manzana locales y en peligro de extinción, utilizadas para producir este líquido dorado. La familia Guerzoni elabora una variedad especial sin pasteurizar que conserva la fragancia y el sabor de la manzana, logrando una acidez equilibrada y una agradable frescura.
El vinagre de sidra de manzana proviene de la fermentación de la sidra o mosto de manzana. El jugo de manzana triturado y exprimido fermenta con levaduras que transforman el azúcar en alcohol. El resultado es una sidra fermentada que las levaduras y las bacterias convierten en vinagre.
Producir un buen vinagre de sidra de manzana requiere cuidado para concentrar todas las propiedades de la fruta en un condimento suave con un sabor armonioso y un aroma completo. Enriquece los platos con su sabor único y contribuye a nuestro bienestar.
Este líquido ámbar es un poderoso aliado para la salud. ¿Tienes dolor de garganta? Inhala vinagre de sidra de manzana para reducir la carga bacteriana, la inflamación de los senos paranasales y despejar la congestión nasal. El vinagre diluido es excelente para hacer gárgaras y aliviar la amigdalitis y la ronquera. Dos cucharaditas en un vaso de agua alivian la tos seca al tomarlo a sorbos o rociarlo sobre las almohadas.
¿Pasas demasiado tiempo frente a la pantalla? ¿Tienes los ojos irritados por alergias o el sol? Las propiedades refrescantes y antibacterianas del vinagre de sidra de manzana benefician la salud ocular: basta con unas gotas en agua hervida fría.
¿Dolor de muelas? Hierve un diente de ajo en un vaso de vinagre y usa la decocción tibia para enjuagar y reducir la inflamación de las encías.
Puede parecer sorprendente, pero tomar una cucharadita de vinagre de sidra de manzana en agua durante las comidas ayuda a la salud de las articulaciones. ¡Pruébelo!
Sus beneficios también se extienden a la belleza. Aplicado en el rostro, gracias al ácido málico, promueve la renovación celular y alivia la inflamación causada por el acné.
El cabello también se beneficia. En periodos de caída excesiva del cabello, una cucharadita en agua puede restaurar minerales perdidos como el ácido silícico, el fosfato de calcio y el cloruro de sodio, deteniendo la caída y promoviendo un crecimiento brillante. Sus propiedades desengrasantes son ideales para el cuero cabelludo graso, dejando el cabello ligero y voluminoso.
El vinagre de sidra de manzana fortalece las uñas cuando se aplica con regularidad.
En esta era de dietas y fitness, es un gran apoyo.
¿Adelgaza? No es milagroso, pero regula la absorción de azúcar. Ten cuidado si sufres de gastritis, ya que puede empeorar los síntomas. Una cosa es segura: es un aderezo delicioso y bajo en calorías. Espero haberte convencido para que pruebes el vinagre de sidra de manzana de Guerzoni: ¡tiene todas las cualidades del mejor producto!
Por Mara Antonaccio